“Los católicos de
todo el mundo reconocen el Miércoles de Ceniza como el comienzo solemne de un
período de reflexión y penitencia en oración”
I. ¿Qué es el miércoles de Ceniza?
En el calendario litúrgico católico es el primer día de la Cuaresma. Es una celebración contenida en el Misal Romano.
Se celebra cuarenta días antes del Domingo de Ramos, día en que da comienzo a la Semana Santa o, el miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es el que sigue al carnaval),
La Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. .
II. Origen de este rito.
>La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva, en los primeros siglos del cristianismo .
En los antiguos ritos, los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica y se cubrían con ceniza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo que significaba que se reconoce la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios
En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos).
>En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
> Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua.
>Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.
>Casi 400 años D.C. adquirió un sentido de periodo de penitencia de la Cuaresma
>A partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo litúrgico de Cuaresma.
>Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.
III. ¿Porqué miércoles?
En el siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta comenzaba 6 semanas antes de la Pascua (para calcular la fecha de la Pascua se usaba el Computus), en domingo, el llamado domingo de "cuadragésima". Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal. Entonces surgió un inconveniente: desde los orígenes de la liturgia cristiana nunca se ayunó en día domingo por ser "día de fiesta", la celebración del día del Señor. Entonces, se movió el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo al primer sábado del mes.
Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial, ya usado desde el Antiguo Testamento; y como signo de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma
IV. ¿De dónde se obtienen las cenizas?
La ceniza, cuya imposición constituye el rito característico de esta celebración litúrgica, se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior.
Muchas familias guardan los ramos o las palmas y los llevan a la parroquia los días previos. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizada con incienso.
V. ¿ Es obligatorio el recibirlo? ¿Es día de precepto?
No, no es obligatorio para los católicos imponerse la ceniza, y no, no es día de precepto.
.Aunque curiosamente sin «ser obligatorio» y siendo día laborable, suele aumentar considerablemente la asistencia a la Santa Misa ese día, algo que siempre es recomendable.
Tampoco es «obligatorio» confesarse. Pero, sinceramente, me parece una extraordinaria oportunidad. Tan extraordinaria como la que disfrutan los sacerdotes para explicar bien las cosas.
VI. ¿Es obligatorio el ayuno y la abstinencia?
Para los católicos sí es obligatorio hacer ayuno y abstinencia, al igual que el Viernes Santo, según las normas generales y las particulares de cada diócesis.
El ayuno es obligado, al igual que el Viernes Santo, a los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de los límites es opcional. Consiste en hacer solo una comida fuerte al día.
La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de mortificación u ofrecimiento como el rezo del rosario.
VII. ¿Qué implica el miércoles de ceniza?
Implica ayuno, abstinencia e imposición de la ceniza.
Con el Miércoles de Ceniza se inician los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
VIII. ¿A quién se le imponen las cenizas?
No hace falta ser católico para que te impongan la ceniza. De hecho, muchos catecúmenos participan en la ceremonia en preparación para su bautismo el día/noche de Pascua de Resurrección.
Puede recibir este sacramental cualquier persona, inclusive no católica. Como especifica el Catecismo (1670 y siguientes) los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella».
Digamos que, en este sentido, es un «día de puertas abiertas»: creyente o no, niño, adolescente, maduro, mayor sin madurar o anciano. Todos. Los ateos habituales comentaristas de este blog también.
IX. ¿Cómo se imponen las cenizas?
No hay reglas fijas. Depende del ámbito cultural y de las costumbres locales.
· En los países de tradición latina, las cenizas se imponen más hacia el pelo que en la frente, espolvoreando.
· En los países del ámbito anglosajón, con agua bendita se hace una pasta y se suele «marcar la frente».
Después de la homilía, el sacerdote bendice las cenizas y las rocía con agua bendita. Luego se impone con una de estas dos fórmulas:
Está permitido que los laicos ayuden al sacerdote.
Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas:
• Conviértete y cree en el Evangelio. O,
• Recuerda que eres polvo y al polvo volverás.
Luego, quien recibe las cenizas debe retirarse en silencio meditando la frase o invitación que le acaban de hacer.
X. ¿Las cenizas también pueden imponerse sin Misa? ¿Y sin sacerdote? Rito-
La bendición de las cenizas, como todo acto sacramental, sólo puede realizarlo un sacerdote o un diácono. Para la imposición pueden ser ayudados por laicos.
Cuando no hay sacerdote la imposición de cenizas puede realizarse sin Misa, de forma extraordinaria. Sin embargo, es recomendable que al acto se preceda con una liturgia de la palabra, utilizando la antífona de entrada, la oración colecta, las lecturas con sus cantos, como en la Misa. Sigue después la homilía y la bendición e imposición de la ceniza. Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.
El rito concluye con la oración universal, la bendición y la despedida.
XI. ¿Cuánto tiempo hay que tener las cenizas en la cabeza o en la frente?
No existe un tiempo exacto para llevar las cenizas en la frente. Lo que quieras. Los hay que se lo quitan al volver al banco, en especial señoras. Otros, como testimonio, esperan a que desaparezca naturalmente.
XII. Función de éste rito.
Es una estación espiritual muy importante para el cristiano que quiera prepararse para vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Su función está descrita en un importante documento de la Iglesia, más precisamente en el artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia:
“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.
XIII. Significado simbólico de las cenizas.
La imposición de la ceniza es un símbolo que representa el comienzo del tiempo Litúrgico denominado Cuaresma y que se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos".
El simbolismo de la ceniza se relaciona con el hecho de ser el residuo frío y pulverulento de la combustión, lo que persiste luego de la extinción del fuego. La ceniza simboliza la muerte, la conciencia de la nada y de la vanidad de las cosas, la nulidad de las criaturas frente a su Creador, el arrepentimiento y la penitencia. De allí las palabras que Abraham pronuncia en el Génesis:
Aunque soy polvo y ceniza me atrevo a hablar a mi Señor.
Génesis 18:27
Los griegos, los egipcios, los judíos y los árabes, entre otros pueblos de Oriente Próximo, acostumbraban a cubrirse la cabeza de ceniza en señal de luto o duelo.9 En la Biblia es un símbolo característico de penitencia interior o duelo (ver, por ejemplo: Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). « Mt 11, 21 ». Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).). Los ninivitas usaban la ceniza como gesto de arrepentimiento profundo. Los mensajeros de malas noticias solían cubrir de ceniza su cabeza.10
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma solía poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que recuerda a los que la practican que algún día vamos a morir y que el cuerpo se va a convertir en polvo.
>La ceniza en sí es un símbolo.. Significa conversión y esfuerzo de la renovación penitencial, muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia.
>La ceniza recuerda la necesidad de la misericordia de Dios.
Como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: "Dios formó al hombre >con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27.
Un símbolo que nos invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.
La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.
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