domingo, 22 de noviembre de 2015

Ritos funerarios 4- Necrópolis romanas

 Si bien el culto a los muertos en la civilización romana era tan variado y tan cambiante a lo largo de sus épocas el objetivo final de este siempre fue el mismo, la inmortalidad. Ya sea por medio de que el alma, en esencia inmortal y de carácter divino, vaya al inframundo o mediante la memoria producto de la impresión al ver una colosal escultura. algo que no deja dudas en el culto a los muertos romano. Por esta razón los monumentos funerarios romanos van desde las más intrincadas catacumbas, hasta palacios monumentales y pirámides que nos hacen recordar a las egipcias.
A partir del segundo tercio del siglo II d. C., la cultura romana es una de las pocas que en el mundo antiguo experimenta un cambio de rito funerario de la cremación a la inhumación. 
Durante la etapa romana los espacios urbanos fueron organizados según las necesidades que requería la población. 
Las necrópolis ocupaban un espacio concreto dentro del concepto de ciudad romana que se situaba en los alrededores del núcleo urbano. Dentro de las mismas hallamos unas áreas diferenciadas: las zonas dedicadas a los enterramientos o locus sepulchri y de otras dedicadas a los rituales postmortem.
Estas subdivisiones se realizaron mediante ejes de construcción que generalmente consistían en muros realizados con sillares, mampostería o incluso restos cerámicos alineados, los cuales dotaban al espacio de la necrópolis de una planificación elaborada que diferenciara las zonas de enterramientos para personas con un mayor poder económico y social, las áreas de monumentos funerarios, los espacios para los enterramientos infantiles e incluso las áreas destinadas a fallecidos romanos o “aculturizados” frente a aquéllos que mantienen ritos culturales prerromanos.

Descripción de los principales rituales de enterramiento.
Los principales tipos de rituales durante la etapa romana suelen ser de dos tipos: incineración o cremación e inhumación.

El rito de la incineración
La incineración es un ritual que mantuvo desde la etapa fenicia hasta la romana debido al bajo coste que requiere, al escaso espacio que ocupa en una necrópolis y a su rapidez de ejecución.
- Se pueden dividir en cremaciones primarias y secundarias según el lugar donde se realice la incineración; las primarias son aquellas incineraciones donde el cuerpo del fallecido se cremaba justo en el lugar donde iban a ser depositadas las cenizas mientras que las secundarias consisten en cremaciones que se realizan en un lugar determinado de la necrópolis para luego depositar las cenizas en otros espacio habilitado para ello, como podían ser columbarios o cualquier otro monumento funerario.

- Las incineraciones se pueden considerar como ritos en los cuales no es necesaria una preparación del espacio para recibir los restos cremados del fallecido, se podía preparar el terreno mediante una fosa y colocar encima algún elemento de señalización de los restos, como cuberitas de mampuestos, ánforas o cualquier otro material.
- En los casos de familias que tienen un estatus social destacado debido a la riqueza económica, patrimonial y política se podían ejecutar monumentos funerarios que trasladaban esa preponderancia a la necrópolis. Es el caso de los monumentos de columbarios romanos o panteones familiares, construcciones que servían como depósito de las cenizas del fallecido. Por supuesto, a mayor rango social de la familia del fallecido mayor será la calidad de los materiales utilizados en estas construcciones e incluso sus dimensiones. Son muy características la aparición de urnas cinerarias depositadas en los nichos de los columbarios. Estas urnas pueden estar realizadas en varios materiales, desde la cerámica, el plomo o el vidrio y dentro de las mismas se depositan las cenizas e incluso pueden aparecer restos de ajuares.
Los enterramientos del tipo incineración o cremación son difíciles de datar.

Los enterramientos en forma de inhumaciones
Otras de las formas más comunes de rituales durante la etapa romana (tomada de los etruscos y posteriormente de los helenos, si bien, los ritos romanos eran más suntuosos y pomposos). Al principio, los rituales, monumentos fúnebres y obras artísticas relacionadas a la muerte, tenían un sentido visual y de comunicar el status social del muerto más que el de una significación religiosa. No existía un canos de ritos funerarios sino que cada región adoptaba ciertas costumbres locales de la zona y las unia a las propias.
La inhumación consiste en colocar el cuerpo del fallecido sobre un espacio físico que en algunos casos está preparado para ese uso. Las inhumaciones difieren de la incineración o cremación en muchos aspectos; por supuesto en que el cuerpo no es cremado o incinerado pero además suelen ser más costosas que el rito anterior, ocupan más espacio en la necrópolis y requieren un ordenamiento más complejo del espacio funerario.
La diversidad de este tipo de enterramiento es muy variada aunque las más comunes que se pueden hallar en una excavación arqueológica son las que se denominan de fosa simple, es decir, inhumaciones que no requieren un trabajo previo muy complejo sino que en el propio terreno se realiza una fosa de cierta profundidad para colocar al cuerpo difunto y después cubrirlo.
La diferencia de este tipo de enterramiento estriba en la cubierta que podemos encontrarnos, pues existen inhumaciones que no tienen una cubierta preparada y sólo lleva la tierra que se ha extraído de la excavación de la fosa, otras que pueden tener una cubierta de tegulae, otro tipo con cobertura de opus, una mixta de conglomerado formado por opus y tegulae e incluso por restos de ánforas, entre otras. La diversidad de uso de tipos de cubiertas está relacionada con las materias primas que podamos hallar cerca de la zona de la necrópolis, la capacidad económica del fallecido e incluso las condiciones culturales de la población.
Por otro lado, una variante de este tipo de rito de enterramiento por inhumación se realiza mediante la colocación del cuerpo del fallecido dentro de una producción cerámica, generalmente un ánfora, para después ser cubierta por cualquier material o simplemente por tierra. Esta forma de enterramiento se da sobre todo en los fallecidos que pertenecen a la población infantil debido al tamaño del cuerpo

CARACTERÍSTICAS:
Cambia el tipo de tumba, que necesita ahora mayor espacio para cada individuo; cambia también el recipiente en el que se deposita el cadáver, en el caso de que lo hubiera; de una pequeña urna cerámica o de piedra, se pasa ahora a una caja de madera o, en los casos de mayor riqueza, de piedra: en una palabra, se da el paso de la urna cineraria al sarcófago.
Las ceremonias relacionadas con el funeral son muy importantes en el mundo romano, y varían en función del rango económico y social de la persona. Así conocemos;
 - el funus (funeral)  translaticium o normal;
- el funus militare, dedicado a los soldados,
- el funus publicum, reservado para los personajes de importancia pública relevante, y
- el funus imperatorum, dedicado a los emperadores
*Todos ellos tenían en común la celebración de una procesión funeraria (pompa) que debía hacerse de noche, con el difunto conducido en una parihuela o feretrum, hasta la necrópolis, que las leyes obligan a situar fuera de la ciudad; sólo en casos excepcionales -emperadores, por ejemplo- podía enterrarse dentro del recinto urbano.
*Después el cadáver se quemaba o se inhumaba, según la época, pero también en el primer caso se acababa enterrando las cenizas.
*Alrededor de la tumba y en la casa del difunto se desarrollaban una serie de ceremonias, que comenzaban con un banquete ritual, el silicernium, y duraban nueve días.
*Con posterioridad, el banquete se repetía periódicamente, o bien el día del cumpleaños del difunto -dies natalis- o bien el día de los difuntos, durante las fiestas llamadas parentalia y lemuria. En estas ceremonias participaba figuradamente el propio difunto, a quien se invocaba de diversas maneras y al que se ofrecían alimentos y bebidas -libationes.

Como eran las tumbas en romanas
Se ubicaban a los costados de los caminos, generalmente mientras más importantes los caminos de mayor nivel social los miembros de las tumbas, siendo la Vía Apia el cementerio de una gran cantidad de familias patricias.Las más utilizadas eran las fosas comunes, a las que iban a parar los más pobres y estas eran seguidas por los Columbariums  -la traducción más cercana sería "palomera"- o subterráneas,  generalmente talladas en la roca. 
Cuando la tumba era subterránea lo más normal es que a la vista se encontrara un Monumentum -hito que señala el lugar de la tumba al exterior-
En un columbario
era general encontrar a una familia de clase media y también a sus esclavos y libertos, cada urna, generalmente estaba identificada con una placa distintiva. Estos columbarios eran generalmente de planta cuadrada, redonda o poligonal y los nichos se encontraban emplazados en las paredes. Por supuesto que la calidad del columbario dependía de la clase social de sus habitantes. Podemos encontrar desde los más rústicos agujeros en la roca o catacumba subterránea, hasta elegantes bóvedas con pisos de mármol y estatuas que conmemoraban a los muertos.

Los epitafios, placas que nos daban la identidad del difunto, generalmente señalaban su nombre y fecha de nacimiento y quién fue el que pagó por la tumba y que relación familiar tenía con el difunto. Hay muchos tipos de epitafios, algunos más artísticos y otros más estadísticos. Estos podían contener desde los logros en vida del habitante de la tumba hasta mensajes a sus visitantes. Un ejemplo de ellos es éste  tan conocido de Juan Ramón Jiménez:
"Tú, que pasas por aquí

y me ves cadáver feo.
Yo me vi cual tú me ves
y te verás cual me veo.
Tipos de tumbas romanas
No es posible hablar de un tipo de tumba característico de la Época Romana, algunos se mezclan con las costumbres existentes en los lugares conquistados por los romanos. Pero aunque eran muy diversos, casi todos ellos estaban unidos por su carácter subterráneo; incluso en el caso de grandes monumentos construidos sobre la tierra, lo normal es que la propia tumba se encontrara bajo ellos, en un hueco o cámara excavado en el suelo. 
Los monumentos tienen  una parte visible que puede ser de muy diversas formas y que deja traslucir al exterior la existencia de esta tumba.
Los monumentos más simples son aquellos que tienen forma de estela o altar, y que pueden variar desde las simples piedras indicadoras de la tumba, con o sin inscripción, hasta complejas construcciones en forma de gigantescos altares, pasando por aras y estelas de diversas formas; a veces, este altar de coronamiento se ha convertido en un edificio de uno o más pisos; son los llamados monumentos turriformes, muy extendidos a lo largo y a lo ancho del Imperio Romano. Con menos frecuencia, esta superestructura llega a reproducir templos, produciendo los llamados monumentos naomorfos, cuya cámara funeraria suele estar oculta en el podio o bajo él.
>En la época prerromana y en la anterior la mayor parte de los enterramientos son bastante sencillos:  cámaras funerarias simples fosas excavadas en el suelo cuya superestructura es una acumulación de tierra y piedra con o sin revestimiento de lajas en form, y con o sin ajuar.
>Derivan más adelante los monumentos de planta central, en los que el espacio interno sobre la superficie gana grandiosidad y se convierte en el elemento principal, en tanto que la cámara subterránea queda reducida a una pequeña estancia. Estos monumentos son frecuentes sobre todo en época tardorromana, donde aparecen con una amplia gama de variantes, que incluye grandiosos conjuntos monumentales y pequeños edificios, muchos de ellos ya claramente cristianos,
>Tenemos que referirnos, por último, a los monumentos cuya cámara principal la constituye un espacio cubierto en cuyos muros se han abierto unos huecos donde se colocan las urnas cinerarias; es uno de los pocos casos en los que las cenizas pueden estar fuera de la tierra; los más frecuentes son los llamados columbarios, que servían de última morada a asociaciones numerosas de personas poco pudientes. .
La tumba puede ser: individual, familiar o colegial, y estar rodeada por un recinto que la delimita y protege. El monumento visible puede ser arquitectónico, escultórico o epigráfico, e incluso llegar a incluir todos estos elementos.
En un primer momento, priman los elementos arquitectónicos y epigráficos, produciéndose con el paso del tiempo una incorporación de temas iconográficos -retratos, escenas alusivas a menesteres y oficios- y una acentuación del deseo de individualización que lleva en ocasiones a romper el vínculo familiar de la sepultura y a privatizar los enterramientos; para que las tumbas no pasasen a los herederos.
Las tumbas podían contener urnas, con las cenizas del difunto, o sarcófagos -devoradores de la carne, del griego- con el cuerpo de este. Ambas, urnas y sarcófagos, estaban adornadas con bajo relieves de diferentes escenas mitológicas, de la vida cotidiana, y hasta planteos filosóficos o políticos directamente relacionados con los gustos y preferencias del muerto. Estas urnas y sarcófagos podían estar construidas de metales preciosos o mármol, dependiendo del nivel económico de la familia del difunto -recordemos que las tumbas además de algo religioso eran un factor de status social- razón por la cual se esforzaban con esmero por tener tumbas envidiadas por otros ciudadanos. 

Significado:
Estas estelas con escenas de la vida cotidiana y escenas mitológicas estaban apuntadas a enfocar el significado de la inmortalidad del alma y el paso de la vida terrenal a la vida después de la muerte. El significado de estas escenas es muy claro, Ariadna, una mortal, se transforma en inmortal al unirse a Baco. Un claro ejemplo de como un simple mortal trasciende a una vida inmortal. Otro motivo muy repetitivo en los relieves es ver el cortejo fúnebre que lleva al difunto con sus antorchas hacia su sepulcro. 

Ritos:
Los ritos eran muy importantes para la familia del difunto, y para el difunto mismo también ya que era costumbre que este organice ciertos aspectos de su procesión fúnebre y morada final antes de morir. >LOS RICOS 
Las familias más adinerabas contrataban organizadores que se encargaban de armar el cortejo, los cuales se encargaban de traer desde músicos que iban delante de las exequias hasta "lloradores" para mostrar al muerto cómo un ser grande, llorado y reverenciado por otros. Dependiendo de lo ilustre del difunto la exhibición de este al publico podía durar hasta una semana. Con respecto a los elogios funebres se hacia diferencia entre jovenes y ancianos, como podemos ver en los escritos de Plutarco, Biografía de Julio César (Parrafo V) en referencia a la muerte de su familiar.Los músicos que marchaban delante del cortejo lo hacían entonando temas fúnebres. Cuando era alguien de mucha importancia el cortejo se detenía delante del foro y un familiar cercano pronunciaba una oración frente al carro mortuorio. Como mencionamos, la intención de señalar que continuaba la vida después de la muerte hacía que al difunto se lo saludara como a un ciudadano marchando al exilio y no como a alguien finado. Una vez dada la oración, y en algunos casos el discurso, los familiares se dirigían hacia la pira funeraria siempre fuera de la ciudad- cargando máscaras de cera y esculturas de sus familiares muertos anteriormente, como si todos estuvieran presentes. Antes de encender el fuego un familiar cercano se acercaba donde el muerto y abría sus ojos para permitirle ver por última vez la luz, luego de esto se cerraban los ojos pronunciando el nombre del extinto para luego depositar una moneda en su boca -con el objetivo de que este pague su viaje al más allá a Caronte, el barquero del Estigia en el inframundo-. Posteriormente seguía el encendido de la pira por los familiares más cercanos y se entonaba una eulogia en honor al difunto. El fuego era extinguido con vino -era muy normal que se evitaran mojar las cenizas para que el difunto no vague ebrio por el otro mundo- y las cenizas eran recogidos por los familiares más cercanos, generalmente las madres o los esposos/as. Lo huesos, aun calientes, eran lavados con vino añejo o leche, una vez calientes se depositaban en una urna funeraria llena de flores.
Al día siguiente se celebraba un banquete póstumo o fúnebre, en el cual se comía en honor al muerto. Estas comidas luego eran celebrada en aniversarios para conmemorar al difunto. Era normal que si la familia tenía un posición económica invitara al pueblo a distintos juegos sangrientos donde veían a dos gladiadores boxear con guantes dotados de planchuelas de plomo, esta tradición impuesta por los hermanos Bruto en honor a su padre, tal vez tiene un precedente Homérico. 
Era normal que los familiares, en constante recordatorio de sus antepasados, visitaran periódicamente las tumbas depositando flores y distintos manjares. Comidas eran celebradas y se pedía a los familiares de guía y consejos en el más allá.

>LOS POBRES
 Muy diferente era para los pobres, muchas veces arrojados como animales en las fosas comunes fuera de las ciudades para dejarlos pudrir, y posteriormente incinerados en estas mismas fosas comunes. Estos eran recogidos de las calles de la ciudad en las más congestionadas partes urbanas de Roma y eran llevados por cuatro necroforos en un ataúd de alquiler a la noche. 
Los necroforos, y generalmente los asociados a la industria de la muerte, debían vivir fuera de la ciudad ya que se creían contaminados. Los romanos asociaban a la muerte con la contaminación, no solo material sino espiritual, es por esta razón que los entierros debían realizarse de noche y fuera de la ciudad. Los necroforos vivían aislados en comunidades fuera de las paredes de la urbe.

Los collegia eran una especie de mutual que aseguraba, tras una cuota mensual, que se cumplieran los ritos funerarios tras la muerte de sus socios, generalmente asegurándoles el lugar en un columbarium. Estas sociedades eran quizá la única manera de que las clases inferiores pudieran acceder a un ritual digno. -salvo en los períodos en que los emperadores se encargaban de asegurarles un funeral correcto a la población-

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